INTRODUCCIÓN:
El presente trabajo, intenta describir la
importancia del conocimiento con causa, esto es, reconocer el porqué y el para
qué del mismo conocimiento, al mismo tiempo, recalca la importancia de la
actitud dentro de la relación terapéutica, así como la experiencia dentro del
proceso terapéutico, haciendo énfasis en el vivenciar el presente.
DESARROLLO:
Naranjo, inicia poniendo en evidencia que las
técnicas, independientemente del enfoque, son vacías si éstas se aplican sin un
saber y sin un sentido, pues las técnicas por si solas no garantizan el éxito
terapéutico, inclusive aún con la existencia de un terapeuta que busca
únicamente la producción del cambio sin tomar en cuenta a la persona que se tiene
enfrente.
Es evidente que en toda psicoterapia,
independiente de su enfoque. Es necesario conocer quién es la persona que está
enfrente, incluso desde el punto de vista psicopatológico, donde observan qué
acciones hace, realiza o realizó en el pasado para adquirir cierta
psicopatología. Por consiguiente, si los terapeutas se dan la oportunidad de
conocer a la persona que tienen enfrente y comprender qué los llevó a la
terapia, es más probable que la experiencia relacional ayude al individuo a ser
quien en verdad es, sin máscaras. Por ende, en la medida que la persona se dé
la oportunidad de vivenciar el encuentro verdadero con el terapeuta, éste (el
paciente) podrá verse tal como es, y aceptarse sin la necesidad de buscar
cambiarse, haciéndose responsable de sí mismo y así evitar auto-sabotearse, a
esta forma de relacionarse, se le conoce como la teoría paradójica del cambio.
Es importante mencionar que ésta relación se
va fortaleciendo con las actitudes que los terapeutas gestálticos adquieren
dentro de su formación, sabiendo de antemano que la transmisión de esta
actitudes únicamente se pueden dar a través de las técnicas, las cuales, son
una excusa para potenciar y expresar verdaderamente la esencia del ser humano.
Naranjo comentaba que gran parte de la
literatura psicoterapéutica trata de explicar las teorías y las técnicas, sin tomar
en cuenta las actitudes y la relación paciente-terapeuta, relación viene siendo
el punto más importante, pues es en este
donde nos co-construimos. Para la
Gestalt, éstas actitudes, que involucran un determinado estado espiritual e
intuitivo son: estar presente, consciente y ser responsable, lo cual lleva a
cada individuo a ser quien verdaderamente es.
Perls, pensaba que ser psicoterapeuta es ser
uno mismo, confiaba en que el hecho de que ser
es contagioso y con ello es suficiente. Para él, ser significaba estar aquí y ahora, estar consciente y ser
responsable. En lo personal, considero como el objetivo último de la
psicoterapia, con el cual cada ser humano alcance su máximo potencial para ser
lo que quiera ser, sin limitaciones. Hay que tener en cuenta que para alcanzar
dicho potencial, únicamente se puede hacer siendo consiente y estando presente,
dándose la oportunidad para vivenciar cada instante, tanto placenteros como
desagradables, pues vivir, es precisamente eso, vivir; y el vivir no se puede
explicar, solo se puede llegar a ello vivenciando cada posición donde se
encuentre el ser humano, ya sean placenteros o no.
Teniendo esta cosmovisión, el ser humano deja
de ser alguien al que le pasan cosas, y empieza a ser alguien que decide sobre
su vida. Alguien que vive, que siente, que está presente, que vive la vida.
CONCLUSIÓN:
Para que las técnicas terapéuticas tengan
efectividad, no solamente es necesario conocer la metodología, pues la psicoterapia
es una profesión que trata las problemáticas del ser humano, por ende es
necesario que se establezca un vínculo entre dos seres humanos auténticos. Las técnicas solo son una
guía para comprender al ser humano, y que únicamente para poder ayudar al otro,
a ser quien es, primero elijo permitirme vivenciar cada instante, haciéndome
responsable de las decisiones que me han llevado a donde estoy y quiero llegar.
Es importante considerar: que Las
diferentes escuelas constituyen los procedimientos o técnicas característicos
de los diferentes enfoques, mientras que las técnicas son la expresión práctica
de un sistema y pueden ser consideradas como una definición conductual de la
psicoterapia.
Pero, ¿son las técnicas las que dan el
éxito o son los practicantes que las emplean? Si la efectividad fuera completamente
dependiente de la técnica, algún día las computadoras tomarían las funciones
del profesional, sin embargo, en lo que se refiere a la definición de éxito, no
podemos sentirnos satisfechos pues el único rasgo demostrado es el de
“comprender” al paciente, del cual los profesionales difieren con respecto de
ser apoyadores o castigadores.
El
hallazgo del entendimiento, confirma la creencia sobre la base de la
experiencia pues el punto crucial no se encuentra en las formulaciones
intelectuales ni en las técnicas de los diversos enfoques. Si buscamos la
esencia de las técnicas llegamos a instrucciones que trascienden en una actitud
de apertura y es que gran parte de la literatura trata de técnicas, sin embargo,
no son el punto importante, podría decirse que son acciones en las cuales hay
que involucrarse desde un determinado estado espiritual, e intuitivo. Perls,
pensaba que ser psicoterapeuta era ser uno mismo, confiaba en que el hecho de ser
era contagioso y que era suficiente. Para él, ser significaba estar aquí y ahora, estar consciente y ser
responsable. Actitudes que los psicoterapeutas gestálticos aprenden en su
entrenamiento, mientras que las técnicas solo son un medio conveniente para la
expresión y transmisión de su entendimiento. Como lo expresaría Fritz Perls,
“posiblemente, todo lo que puedo hacer es ayudar a la gente a reorganizarse
para así funcionar mejor, disfrutar más, sentirse más real”.
La
transmisión de las actitudes a través del uso de las herramientas gestálticas
puede compararse con un escultor que crea una forma con las herramientas de su
arte, en ambas instancias, el contenido trasciende los instrumentos. Pues el
terapeuta le da más valor a las acciones que a las palabras, a la experiencia
más que al pensamiento y al proceso vivo más que a las creencias influyentes.
Desafortunadamente
una de nuestras debilidades humanas es confiar en que las formulas y las
técnicas harán todo por nosotros, Tal como dijo perls; “lo bueno y lo malo, son respuestas
sospechosas, si la gente no logra satisfacer las necesidades nos sentimos mal,
en lugar de asumir nuestras experiencias y le asignamos al estímulo la
responsabilidad”. A pesar tal punto de vista sobre lo bueno y lo malo, la
terapia Gestalt abunda en mandatos, los cuales podrían ser: 1) vive ahora,
preocúpate por el presente 2) vive aquí, relaciónate más con el presente 3)
deja de imaginar, experimenta lo real 4) abandona los pensamientos
innecesarios, siente y observa 5) expresar antes que manipular 6) entrégate al
desagrado y al dolor tal como al placer 7)no aceptes ningún otro debería más
que los tuyos 8) responsabilízate de tus acciones sentimientos y pensamientos y
9) acepta ser como eres.
La
paradoja de tales mandatos que recomienda renunciar a los mandatos, nos dice
que el percatarse cura, nos cura de nuestras mentiras, para ello, el valorar el
presente, la presencia, la atención y la responsabilidad son actitudes
adecuadas para experimentarse a sí mismo como digno de la experiencia y en la
medida en que se base la relación paciente terapeuta en esta experiencia,
generaran la confianza para hacer de la psicoterapia una comunicación en
profundidad.
Bibliografia: Naranjo, C. (1999). La vieja y novísima Gestalt. Actitud y
práctica. Cuatro vientos: chile. Capítulo 2. Sobre la primacía de la actitud y la transmisión
de la experiencia
PSIC. &EG. Frankel Gabriel Berlim Salazar
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