jueves, 15 de diciembre de 2016

FORTALEZAS Y LIMITACIONES COMO TERAPEUTA DE GRUPO.



Síntesis.
     los terapeutas de grupo, debemos considerar la mayor cantidad de variables que se pueden presentar dentro de la psicoterapia, y digo la mayor cantidad, porque a pesar de la formación profesional o de la experiencia que podamos adquirir como terapeutas, siempre habrá nuevos retos; Y cada encuentro terapéutico debe ser considerado un nuevo desafío.
Añadido a lo anterior, se debe considerar que, a pesar de tener una formación profesional, seguimos siendo seres humanos apoyando a otros seres humanos, por ello es importante abandonar la idea de omnipotencia, y al mismo tiempo debemos hacernos a la idea de que el cambio depende en gran medida del paciente, que de la guía terapéutica. Inclusive, como terapeuta de grupos es imperativo tener presente que el número de integrantes, el lugar y la selección de los candidatos, así como el apoyo de un co-terapeuta es una de las primeras decisiones que influyen en el trabajo terapéutico; Pero no determinan el éxito o el fracaso; Y aún más importante, se debe tener presente que el brindar a los participantes o pacientes intimidad, formalidad, seguridad y tranquilidad, son vitales para fomentar el cambio; Lo anterior será mediante un clima de honestidad y confidencialidad libre de prejuicios, haciéndoles saber a cada uno de los seres humanos presentes en la terapia no serán juzgados por su ser, su presente y su pasado; Para lograr transmitir esta sensación, la aceptación incondicional es fundamental, pues se debe tener en cuenta que cada individuo es diferente. Sumado a las anteriores características, es necesario tener como terapeutas, una gran capacidad de adaptación, pues todo terreno es nuevo y para poder acompañar a cada uno de los pacientes, se debe estar equipado con la mayor cantidad de experiencias.
Considero en lo personal, que pretender guiar a los pacientes hacia un cambio determinado, es llevarlos por caminos que ya conocemos, es moldearlos a nuestra forma, cosa que, como terapeuta, no permite que mis pacientes se desarrollen siendo quienes son. Por el contrario, al adaptarse a cada situación, considero que permite una experiencia vital tanto al terapeuta como al paciente o cliente y permea las habilidades de ambos participantes así, podremos como terapeutas, ofrecernos y ofrecer les al mismo tiempo a cada uno de los pacientes la oportunidad de aprender conjuntamente a adaptarse, estén donde estén.
Por otra parte, tengo presente que la integración de un grupo psicoterapéutico o de autoayuda; no únicamente depende de las personas que integran al grupo, pues, detrás de cada uno de los grupos habidos y por haber, se encuentra una gran cantidad de detalles como; la accesibilidad del espacio, el inmobiliario, el tamaño, tipo y objetivos del grupo; el tiempo y frecuencia de las reuniones, las emociones vividas y las experiencias por parte de cada uno de los integrantes dentro del grupo formado o inclusive dentro de grupos anteriores; Además considero conjuntamente que influye en mayor medida, la cosmovisión del terapeuta, pues esta será la base por donde se observe y se explique el proceder de cada uno de los participantes, y de una u otra manera, los mismos pacientes empezarán a asimilar y adoptar esta cosmovisión, al convivir y explicar tanto sus acciones como sus emociones.
En lo personal y desde la experiencia de vida, he tenido mayor contacto con la cosmovisión humanista, e incluso últimamente, me he interesado por otros diversos modelos, no por sus técnicas si no por su cosmovisión, por ello considero que los psicoterapeutas debemos indagar entre los diversos modelos, no para aprender técnicas sino para ampliar nuestras experiencias y panoramas en cuanto a la epistemología del ser, al mismo tiempo los psicoterapeutas considero deben seguir buscando y aprendiendo desde su base filosófica. Por ello, durante un tiempo mis intervenciones terapéuticas se han enfocado a la metodología de la Gestalt relacional, del cual aprendí que las personas no presentan patologías, sino más bien dificultades en sus modos de relación, y que la “neurosis” es una interrupción o una dificultad para satisfacer las necesidades, y hoy día, mi cosmovisión ha pasado desde la Gestalt hasta la integrativa, pasando por el psicoanálisis, el sistémico, el cognitivo y el conductual entre muchas otras como el mindfulnes el transpersonal y otros modelos (tras mi búsqueda de comprender al ser humano y su esencia) sin olvidar los modelos humanistas existenciales
A pesar de guiar mi labor desde la postura Gestalt relacional y la integrativa, tengo presente que no existe un enfoque correcto o incorrecto, sino que éste depende del profesional.
Complementando lo anterior, tengo presente que las técnicas únicamente son un “pretexto” para llegar a un objetivo terapéutico. Por esta razón, no solo se debe conocer las herramientas de un único enfoque, pues toda técnica independientemente de la metodología, es útil siempre y cuando, como profesional tenga presente, “EL PARA QUÉ” de la técnica
(hago invitación a los psicólogos en formación a plantearse dichas interrogantes sin caer en clichés ¿Qué es el ser humano? Y ¿el para qué de la psicoterapia?); es por eso que el conocer y aplicar una determinada habilidad no es suficiente (pues el conocer las herramientas no necesariamente hace a una persona un psicoterapeuta); también es importante como profesional de la salud cuestionarse a cada momento, ¿para qué le servirá al paciente la técnica que pretendo aplicar?; Claro, Desde la cosmovisión que cada quien desde su aceptable elección decidió seguir (en mi caso, la Gestalt relacional e integrativo). Y desde esta postura, en la medida que logre
promover formas de relación más saludables, forjadas en la confianza y por sobre todo libres de prejuicios; siendo honesto, responsable, respetuoso, espontánea, empático y promoviendo la sensibilización; los integrantes del grupo terapéutico decidirán respetar las discrepancias entre ellos mismos; diferencias que Yalom señala como elemento clave en la cohesión y el equilibrio terapéutico para alcanzar el autocontrol tanto individual como grupal.
En una intervención grupal, a pesar de los tantos estímulos que se generan, ya sea por la interacción entre los integrantes, como por los detalles que se deben cuidar en la elaboración de las técnicas; los terapeutas vamos ampliando nuestras herramientas tanto en teoría como práctica, vamos agudizando nuestros sentidos ya que estos, son las herramientas principales del terapeuta, dichas herramientas y habilidades van dirigidas a distinguir entre el discurso manifiesto y el latente; como Puget (1982) señala que “al escuchar y descubrir las relaciones entre la conducta y sus causas permite crear una nueva semántica de comunicación intrapsíquica e intersubjetiva”. Esto es, mientras mayor sea la agudeza del terapeuta en relación con la observación, el sentir y el escuchar, mayor será la probabilidad de cambio del paciente; es por ello que todo psicoterapeuta debe estar pendiente tanto de lo que pasa en su exterior como en el interior; en lo personal, tener presente lo que se genera en el grupo, como lo que se genera en mí, e incluso lo que aporto al grupo, me ayuda a ser más responsable e incluso a realizar los cambios necesarios para apoyar y acompañar a cada uno de los integrantes del grupo, como al grupo mismo.
La base de este ejercicio (el de tener presente los sucesos internos y externos), no es únicamente el estar sintiendo, escuchando u observando las configuraciones grupales, sus formas de interrelacionarse, sus diálogos, sus emociones y sus significados, sino que también influye el saber cómo y cuándo aplicar alguna técnica de intervención, cosa que poco a poco voy desarrollando. Hoy por hoy considero que aún me falta experiencia pues a pesar de identificar algunas interrupciones o algunas señales de importancia en varios de mis pacientes, algunas otras no las veo pasar, incluso en mi supervisión observo que podría haber hecho una que otra intervención en el momento. A pesar de ello, tengo presente que, con el tiempo, la experiencia se ira desarrollando; así mismo, en la medida que logramos documentarnos tendremos más presente la metodología; Y así, como con las actitudes y los valores se van practicando día con día para adquirir experiencia. Con respecto a los valores y actitudes, Yalom, menciona que el terapeuta grupal debe tener en cuenta que los pacientes tienden a imitar sus actitudes y valores, por lo tanto, las características y cualidades que consideran importantes en el desarrollo tanto personal como profesional son: honestidad, interés, aceptación incondicional, empatía, curiosidad, autentica motivación, entre otros; actitudes que considero innatas en cada una de las personas y que se deben de fortalecer en cada relación humana siempre y cuando estas se cultiven con el día a día .
Otra de las fortalezas que se consideran en la terapia grupal es el de sentir comodidad dentro del clan, sean cuales fueran los valores sociales, políticos y morales; cosa que se va dando en la medida que el terapeuta y los integrantes del grupo se despojan de todo prejuicio e incluso es necesario que estén informado de los acontecimientos tanto populares como culturales, ya que esto facilita la interacción y fluidez dentro del grupo; Cabe mencionar que el despoje de toda omnipotencia y el reconocer los errores no implica abandonar la responsabilidad como terapeuta; incluso, la transparencia no implica amistad, pues como mencioné anteriormente, se debe considerar y cuestionar ¿qué beneficio le aporta a los participantes si hago tal técnica o si digo tal auto-revelación?.
Independientemente de la formación y la cosmovisión  terapéutica, debemos tener en cuenta que el proceso se ve interferido por nuestros puntos ciegos, como por ejemplo; si pasamos de ser terapeutas a uno más dentro del grupo o mostrar preferencia por un paciente; es por ello que incluso como profesionales de la salud, debemos llevar nuestro propio proceso y supervisión, con el fin de auto-conocernos, identificar nuestros puntos ciegos, nuestras limitaciones y frustraciones para aceptarlas, trabajarlas y sobrepasarlas.

Psic. & E.G. Frankel Gabriel Berlim Salazar

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