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Psicoterapia Integrativa. |
Dolor y placer
[i].
"El bienestar y la dicha son enteramente
negativos;
sólo
el dolor es positivo."
(Schopenhauer, S.F)
Para comenzar, es importante señalar que las nociones
del dolor
y el placer, expresadas por los pacientes en psicoterapia, son una ilusión
de magnitudes iguales, ambas, percibidas y experimentadas como dos enemigos
irreconciliables, así, los consultantes buscan, entre imágenes totalmente
ilusorias formadas por estigmas y prejuicios, una felicidad y placer separadas
del dolor y la angustia, desconociéndolos como una parte
fundamental y única de la supervivencia humana; esto sería como pedir un dado
de 3 lados, porque los otros 3 no me agradan.
Por tanto y con intención de disipar dicho espejismo, es
fundamental puntualizar que tanto el dolor como el placer forman parte de un
todo, son ambas dos caras de una moneda, por tanto, forman parte de una única
experiencia de la conciencia, como señaló acertadamente (Hegel, 1807)
en su fenomenología del espíritu; “el espíritu que es allí, no es más rico que
allá, pero no es tampoco en contenido, más pobre”. Aquí, Hegel, marca
el fin a la sujeción de la
autoconciencia, expresada en el pasaje del “señorío y servidumbre”, indicando
que la existencia, tanto de un individuo como de otro, son parte fundamental de
su propia autoconciencia y experiencia, o sea, una autoconciencia no puede
existir sin el reconocimiento de otra autoconciencia, en otras palabras, la
existencia y reconocimiento de un individuo, depende estrechamente del
reconocimiento por parte de otro ser diferente que le observa. (como un espejo
que únicamente puede observarse así mismo estando frente a otro espejo) sin
uno, el otro no puede ser; así como la noche no tiene sentido sin el día, el placer,
no tiene cabida sin el dolor. Pese a esto, en la consulta psicológica se
escuchan voces que solicitan dejar de sentir miedo, angustia y dolor, como si
fuera la clave de una vida feliz y placentera.
De igual forma, en la supervisión, se encuentran
psicólogos que solicitan orientación para ayudar al consultante a reducir el
dolor y la angustia, o se enganchan exclusivamente en estrategias directivas
con la finalidad de extinguir algo (por demanda del paciente) que, en principio
y por evolución, ha representado una herramienta vital para la supervivencia
del ser humano desde los primeros homínidos, para ejemplo; hace aproximadamente
unos 300,000 años atrás, un primer homínido, al
acercarse al fuego producido por la caída de un rayo en un árbol seco, aprendió,
gracias al dolor, que el fuego es peligroso, y es que, “la naturaleza ha creado
el
dolor con el objeto de llamar la atención ante el dolor” según (Baumgardner, 2006) en “Terapia Gestalt,
Teoría y Práctica”. Pese a que (Baumgardner)
lo menciona como un “llamar la atención ante el dolor”, se entiende que la
naturaleza creo en todo organismo vivo la sensación del dolor para señalar que
algo anda mal, como imprime (Schopenhauer, S.F) “No advertimos la salud
general de nuestro cuerpo, sino tan sólo el ligero sitio donde nos hace daño el
calzado”. por ende, podemos observar que el dolor, tiene una función vital, la
cual permite al ser humano, estar atento
ante cualquier situación que ponga en peligro la vida misma; así, (Baumgardner, 2006) señala que “si hacemos caso omiso del dolor,
es probable que nos causemos un mayor daño”, esto; porque el dolor, como ya se
dijo, es un indicativo de que algo no está bien. Y si a esto le sumamos el
deseo incesante por parte de los consultantes de obtener la felicidad y el
placer para dejar en todo momento el dolor, podemos observar que la felicidad,
constituye un escape fatal de la realidad; porque si se analiza detenidamente,
la búsqueda del placer y la felicidad constituyen una ilusión que bloquea las
señales de alarma emitidas por el dolor y la angustia.
Por lo anterior, considero importante
señalar que, sin el dolor, no podríamos saber si algo o alguien está poniendo
en peligro nuestra integridad física, psicológica o moral; por ende, el dolor,
así como el miedo al dolor,
se transforman en un mecanismo de defensa ante las
vicisitudes de la vida y el mundo exterior; Por ello, es fundamental, distinguir
la ilusión pueril que la sociedad del consumo ha implantado sobre las nociones del
dolor, el placer y el miedo; Y es que de acuerdo con la (Asociación Americana de Psiquiatría, 2014) “El
miedo es una respuesta emocional a una amenaza inminente, real o
imaginaria, mientras que la ansiedad es una respuesta anticipatoria a
una amenaza futura”. Aquí, la señalan a modo de respuesta, y no como un
mecanismo de defensa o una herramienta de auto-regularización orgásmica, instalando
así la “necesidad” socio-patológica de desaparecer al miedo como una respuesta ante
el dolor real o imaginario a manera de ley universal. Se resguarda entonces, en
el inconsciente a través de los medios de comunicación, la cultura y la
educación un discurso que invita evitar el dolor y buscar el placer, según el
principio de (Freud), o al menos, según
lo que se comprendió en su momento porque, cuando él habló del principio del
placer, no lo hacía con esa intención, por ello su título se llama, “más
allá del principio del placer”. en el, señala que “no tenemos por qué
maravillarnos de que, En la vida anímica, existan tantos procesos,
independientemente del principio del placer” (Freud, 1920) Porque éste, no es el único,
ni el más importante, solo es uno más, que forma parte del todo.
Así mismo (señalándolo con mayúsculas), considero, como
el punto central y de coexistencia con (Freud, 1920,
págs. 2280 Seccion VII, 3er Parrafo Lineas 4 y 5), lo que refiere; “TODO ESTO,
QUE ESCAPA AÚN AL DOMINIO DEL PRINCIPIO
DEL PLACER, NO TENDRÁ QUE SER NECESARIAMENTE CONTRARIO A ÉL”. Ya que, forma parte del todo; Tanto el dolor
como el placer, forman parte de una misma experiencia y sin la existencia de
una, la otra no podría existir; Claro, es importante comprender la necesidad de
Freud, como Médico Neurólogo, de separar los elementos de la psique, para poder
analizar la función de cada una de las partes, como se analiza las partes de un
corazón.
Pero una cosa es comprender el funcionamiento del
dolor y otra muy distinta es querer ignorarlo, porque pese al miedo o al deseo
de no sentir dolor, tanto como respuesta o como motivación, el negar su
existencia, no hará que este deje de señalar la falla; así, el dolor de una
pierna rota no desaparecerá por más que me esfuerce en convencerme de que no
duele, por consiguiente, da igual, si tengo miedo al dolor, si huyo de él o si
lo ignoro, este siempre estará ahí para recordar que algo anda mal. Y mientras
más se ignore su presencia, más daño se causará la persona. Así pues, como
señala (Baumgardner, 2006) “es necesario el principio biológico del
placer y el dolor” dentro de la perspectiva Gestáltica, pero, también es necesario
entenderla, por ello, deseo enfatizar que; si evitamos el dolor, estaremos perpetuando
lo que nos está haciendo daño, si lo ignoramos, no podremos saber, ¿qué? y ¿dónde?
esta la herida que requiere cuidados.
Otra situación que se ha observado dentro de la
consulta, es que el dolor y el placer se experimentan a un nivel de fantasía y
no solamente a nivel orgánico, pero “invariablemente encontramos que la mayoría
de la gente no está dispuesta a experimentar el desagrado” (Baumgardner,
2006).
Como ya se había mencionado, y quizás, este es el origen de la ilusión; el
experimentar el dolor en la zona de la fantasía, es experimentar un dolor
fantasma e inexistente, el cual nos señala que algo falta o que está roto y en
el momento que deseamos acallar esa voz, se genera angustia, desesperanza e
incertidumbre, no tanto por el dolor fantasma, sino por los esfuerzos impotentes
e inútiles que buscan mitigar las voces que tan solo indican lo que ya está
roto, pero que no queremos aceptar.
Por consiguiente, esas fantasías dolorosas, se toman
como una realidad tan desagradable, que los consultantes realizan todo lo
posible para evitarlas, ya sea manipulando, engañando e incluso son capaces de
utilizar la violencia, únicamente para escapar del dolor y la angustia, lo que
irónicamente los lleva a la consulta. Por ello, (Baumgardner, 2006) señala que es importante que como
Psicoterapeutas Gestálticos se promueva el continuo de la percepción, para que
los consultantes descubran ¿cómo huyen del dolor? y de lo que el mismo dolor
les quiere decir, pero les cuesta aceptar o escuchar. Ya que como se mencionó,
el dolor es una herramienta de autorregulación orgásmica, la cual nos señala el
camino a la sanación y no por el contrario, un enemigo del placer y la
felicidad.
Por
ello y como menciona (Schopenhauer, S.F) en Dolores del mundo;
“Si nuestra existencia no
tiene por fin inmediato el dolor, puede afirmarse que no tiene ninguna razón de
ser en el mundo” ya que éste (el dolor) , no solo mantiene
nuestra atención sino motiva la voluntad del ser, así mismo, es la puerta hacia
la libertad y la felicidad, al permitirnos conocer el placer y la felicidad.
Referencias
Asociación Americana de Psiquiatría. (2014). Manueal
Diagnostico y Estadistico de los Trastornos Mentales (DSM-5) (5 ed.).
Arlington, Texas, Estados Unidos: Editorial Médica Panamericana. Recuperado
el 24 de julio de 2021
Baumgardner, P. (2006).
Terapia Gestalt Teoría y Practica Fritz Perls. (V. Pérez, Trad.)
México, México, México: Pax México Libreria Carlos Cesarman S.A. Recuperado
el 24 de julio de 2021
Freud, S. S. (1920).
Más Allá Del Principio Del Placer. Sigmund Freud Obras Completas.
Recuperado el 24 de julio de 2021, de http://psikolibro.blogspot.com
Hegel, G. W. (1807). Fenomenologia
del Espíritu (1971 ed.). (W. Roces, & R. Guerra, Trads.) Alemania,
Alemania: Fondo de Cultura Económica. Recuperado el 24 de julio de 2021
Schopenhauer, A. (S.F).
EL AMOR , LAS MUJERES Y LA MUERTE. (A. L. White, Trad., & G. Drive,
Recopilador) Recuperado el 9 de agosto de 2021, de
https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=sites&srcid=ZGVmYXVsdGRvbWFpbnxwdW50b3BoaXxneDozMmJjYzk2MzQwOTM3N2Mw
[i] Inspirado en el libro Terapia
Gestalt Teoría y Práctica Fritz Perls su aplicación de (Baumgardner, 2006) Dolor y Placer. páginas 150 y 151.
Escrito por MPIG. FRANKEL GABRIEL BERLIM SALAZAR.
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